jueves, 16 de octubre de 2014

A estas ganas de morir, las llamaré vida.


Yo se podría decir que nunca he sido feliz del todo. Siempre he estado mal por alguna cosa. Admiro a esa gente que se quiere, que tiene un autoestima aceptable, sin llegar a tenerlo por la nubes. Que es capaz de pasárselo bien en cualquier sitio, que tiene buenos amigos y gente en la que confiar. Yo la verdad es que nunca he tenido eso, y creo que al paso que voy no lo voy a tener nunca. Quizás el mayor fallo es que para que la gente me quiera, primero tenga que quererme yo, y como lo veo bastante complicado, pues.
Algo que no comprendo, es por qué la poca gente que merece la pena tiene que estar tan lejos. Por qué siempre tenemos que estar rodeados de 'personas' que lo único que tratan de hacer es de hacerte sentir mal, humillarte y dañarte. Nunca llegaré a entender qué le ven de gracioso a que una persona lo esté pasando mal por su culpa.
Hay momentos en que no aguantas más, ¿sabéis?. Hay momentos en los que si tuvieras un par de cojones, terminarías con todo esto de una vez.
Hay momentos que piensas, ¿por qué yo?, qué he hecho, por qué no puedo encajar. Pero no obtienes una respuesta clara.
Sólo eres capaz de autodestruirte a ti misma, porque es a lo que te han acostumbrado. Cuando llega alguien que rompe esas reglas, te sientes tan extraña, ¿verdad?. Pero que pocos lo hacen.
Muchos no tienen ni idea, de lo que se puede llegar a sentir, y es mejor así, que no lo sepan. Porque como duele.
Intentas mantenerte fuerte, pero hasta los fuertes caen alguna vez. Así que se dijo; qué remedio. A estas ganas de morir, las llamaré vida.