Otro día más me desperté, como de costumbre, sin ganas de levantarme
de la cama, con ojeras hasta el suelo de haber escuchado música triste
hasta las tantas de la mañana, me desperté como de costumbre sin ganas
de ver a nadie, simplemente me quería quedar en casa, como siempre.
otro día más abracé la almohada con fuerza, cerré los ojos y vino a mi
cabeza su dulce, dulce mirada; vino a mi cabeza la música celestial
que provocaban sus cuerdas vocales; mi nariz creyó oler el aromático
y fascinante olor de su cabello y sudadera.
otro día más se me inundaron los ojos por una sustancia líquida con un
toque a sal, creo recordar que se llaman 'lágrimas', lo peor de todo
es que esa sustancia no fue provocado por ningún bostezo a causa del
cansancio que acumulaba mi vida, ya que, a veces cuando bostezo se me
ponen los ojos llorosos, pero no, no era de aquellas veces; como de
costumbre, era tu recuerdo, que cada día que pasaba quemaba y pesaba
un poco más.
-Tienes que olvidarle, tía, sabes mejor que nadie que no te merece,
que fue el tío que te destrozó, que te cambió, es por su culpa por el que
ya no puedes o no quieres confiar en nadie, por su culpa ya no confías
ni en ti misma, ya está bien joder, pasa página, vales más que todo esto,
lo sabes- repetía mi cabeza enfadada, pero con un toque de comprensión
y cariño.
-Pero, ¿cómo va a olvidar a la persona que le marcó de por vida? si, al
igual que yo, sabes que no va ha haber otro como él, otro al que querer
con tanta fuerza y por el que dar hasta la vida, sabes al igual que yo
que no le vamos a olvidar, ni tú ni yo, y que por siempre le querré, por
mucho que duela- le transmitía el maldito corazón a la cabeza.
a veces, hasta he llegado a pensar que me odia, hablo del corazón, porque
si por lo menos me quisiera un poco, ¿porqué no dejaría de quererle?
a veces creo que sería bonito dejar de sentir, pero si dejo de sentir, creería
que dejaría de existir, entonces no sería nada, aunque ahora tampoco soy algo.
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