– Nada –volvió a negar, indiferente. Y es que siempre la misma pregunta. Siempre en el peor momento, cuando pasa de todo menos motivos para estar bien.
"¿Qué te pasa?".
¿Por qué todo el mundo pregunta si estás bien cuando es evidente que no lo estás?
Quizás no le pase nada. Quizás simplemente sea así. No a todo el mundo le gusta pasarse la vida sonriendo.
Y quizás... esté mal. Quizás realmente esté mal. Lo suficientemente mal como para no querer hablar con nadie. Como para sentir que a nadie le importa realmente. (Son educados, no te engañes.)
Y es que explicarlo todo no es fácil. ¿Qué pensará la gente? Que sólo eres una cría que se deja joder por no joder. (No les importas. Ni tus problemas. Ellos tienen los suyos. No quieren cargar con los tuyos.)
Siento que a nadie le importo. Que sobro. Piensan que soy una pesada, seguro. Tampoco mi físico gusta habiendo otras chicas. Estaré sola. Infeliz. Sólo veo ese futuro. Pensándolo bien, es lo más fácil. ¿No...? Cuando ya no quede nada. Entonces. (Pero eh, no queda mucho.)
Lo siento. Porque no soy nada. No ocupo un lugar en el mundo (ni en el de nadie). Fue (mala) suerte.
Cuando no quede nada, entonces...
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