martes, 7 de enero de 2014

Porque la vida solo son dos días.

+ ¿Eres feliz? 
- ¿Lo dudas? 
+ ¿Cómo puedes estar tan segura? - Porque eso es algo que se nota, que se siente. Se puede ver en la sonrisa que cada día llevo pintada en la cara. Se puede apreciar en las risas que suelto a lo largo del día. No me preguntes por qué, porque esto es algo que no tiene una explicación. Es una sensación que invade todo tu cuerpo, son esas hormiguitas por la espalda o esas mariposas por la barriga. Todo el mundo busca la felicidad, todos esperan poder encontrarla, sin darse cuenta que lo que más feliz te hace es el camino hasta ella, porque una vez la hayas encontrado tan solo durara unos segundos o tal vez minutos. Disfruta la vida segundo a segundo, no desperdicies el tiempo. Porque el tiempo una vez que se va, no vuelve. Como muchos dicen, hay que vivir el hoy y el mañana, porque la vida solo son dos días.
Que no hay monstruos en el armario, ni los reyes magos te vigilan para ver todo lo malo que haces. Sé que los malos son muy malos, y los buenos no son tan buenos. Créeme, que he aprendido que los conciertos están para dejarse los pies, y la voz. Que los besos a escondidas saben mejor. Que un baño de agua fría a veces sienta tan bien como uno de agua caliente. Que el mundo está plagado de personas agradables, y a la vez, de personas que no merecen ser llamadas personas. Ahora sé que no hay calcetines para el pie izquierdo, ni para el pie derecho. Que los tacones a las cuatro de la mañana en una fiesta, ya no están en los pies. Que las medias se rompen muy fácilmente, y que el pintalabios rojo no se borra de las camisas blancas. Y lo más importante, sé que de siete días a la semana, yo te quiero ocho.

domingo, 5 de enero de 2014

Porqué siempre tenemos que querer a quién no nos quiere?

A medida que pasa el tiempo te das cuenta de como es la vida, de cómo nos la juega. Tú te dedicas a vivir siendo capaz de dar la vida por alguien y ese alguien sería capaz de dar su vida por otra que no eres tú, ¿cómo te sienta eso? ¿Porqué siempre tenemos que querer a quién no nos quiere? ¿porqué insistimos en seguir en la vida de aquel que ni siquiera por una vez en la vida se ha planteado ser algo más? Ya dijo alguien en sus tiempos que el amor no tenía lógica, ¿pero tanto? Quizá tiene razón toda aquella gente que dice que el amor mueve mundos y a pesar de ser ilógico, te sigues enamorando. A pesar de que te hayan roto el corazón sigues insistiendo pensando en que aparecerá alguien que te lo arregle, pero ¿y si no aparece?
Intento encontrar el momento exacto en el que me empecé a sentir así, pero no doy con él. No sé exactamente en qué segundo él hizo que nacieran éstas mariposas de aquí dentro, ese momento en el qué las pupilas se me dilataban al verle, e incluso esa décima de segundo en la que se me paró el corazón con uno de sus tantos roces en mi mejilla. A veces me dedico a pensar que esto que siento ya se me pasará, pero es algo que me repito día tras día y que nunca pasa. Siento como si todo fuese a más y no a menos como en realidad tendría que ir. ¿Sabéis esas veces en las que el corazón te dice una cosa, y la razón te dice totalmente lo contrario? ¿A quién se supone que tenemos que hacer caso en esos momentos? ¿cómo sabemos a quién elegir?

viernes, 3 de enero de 2014

No te vayas tu también.

Pasa una de sus manos por mi nuca mientras las mías las coloco en su pecho, me acaricia suavemente el pelo mientras nuestros labios se buscan sin importar la necesidad de oxígeno. Sonreímos en medio del beso haciendo que nuestros dientes choquen y eso hace que sonríamos a un más, como si eso fuese posible. Se separa de mi mordiéndome el labio y le acaricio la nuca sabiendo que le encanta.

-Me encantas.- susurra apoyado en mi frente.

-No me digas eso que me vuelve loca.- le susurro con la respiración entrecortada.

-Mmm..-susurra en mi oreja.- Me gusta que te vuelva loca.- suelto una carcajada y se separa para mirarme a los ojos. Me siento para que así nos veamos mejor y me sonríe.

Le acaricio la mejilla y me acerco yo ésta vez para besarle. Pone una de sus manos en mi cintura mientras que con la otra me acaricia levente la mejilla. Mis labios lo buscan como a ningún otro chico han buscado y..bueno eso no es del todo cierto pero..siguen besándolos, siguen buscándolo como si así pudiese sentirme más llena, como si alguien pudiese cubrir ese vacío que él dejó al irse, y quizá lo consiga pero supongo que eso será con el tiempo. Me separo de mi chico y con la respiración entrecortada, le miro y le susurro.

-Tu también me encantas.- le noto como sonríe a pocos centímetros de mis labios.

-Sabes que tenemos cosas de las que hablar.- me dice y cierro los ojos.

-Yo...- le digo con miedo, me acaricia de nuevo la mejilla provocando que lo mire.- Sabes como soy.- me paso una mano por mi pelo nerviosa.- Sabes que no quiero tener algo serio con nadie.- 'mentira', me susurra una voz en mi interior y automáticamente pienso en 'él'.- Por ahora estamos bien así y quiero seguir estando así.

-Pero yo necesito más.- me dice él y ésta vez le acaricio yo la mejilla.

-No voy a irme con otra persona teniéndote a ti.- le susurro intentando que esté seguro de ello y que confíe en mi.

-Y aun así no quieres hacer nada oficial.

-Necesito tiempo.- le miro.- No puedes pedirme que haga cosas que no sienta, y sé que estamos de puta madre juntos pero también sabes a lo que te exponías si querías intentar algo conmigo y aun así decidiste arriesgarte.- me mira.- No voy a coger e irme con otro porque no necesito a otro, pero tampoco quiero depender totalmente de alguien.- aparto la mirada un segundo.- Sé lo que es querer a alguien, que tu estado de ánimo dependa de él y que luego se vaya sin más.

-Pero yo no voy a irme.- dice cogiéndome de la barbilla.

-Eso no lo sabes.- le miro.- No sabes lo que pasará de aquí unos meses.- suspiro.- O lo tomas o lo dejas.- le susurro nerviosa.

Me mira durante unos segundos en silencio. Se pasa una mano por el pelo y cierra los ojos como si estuviese pensándolo mucho. Le miro fijamente poniéndome nerviosa.

-Eres lo mejor que me ha pasado en éstas últimas semanas.- le susurro.- Solo deja que confíe en que esto puede salir bien.

-¿Es por él?- dice una vez que ha levantado la cabeza y me mira.- ¿Aun tienes la esperanza de que va a volver y vendrá a por ti?

Dejo de mirarle sabiendo que tengo un gran nudo en la garganta y que a la mínima podría explotar.

-Alguien algún día dijo que la esperanza es lo último que se pierde.- le susurro.- Pero eso no quita que me encantes.- le miro.- Que esté mejor que nunca estando contigo y que..-me interrumpe.

-¿Piensas en él cuando me besas?- dice serio.

-¿Qué?- digo impresionada.- No.- le saco de dudas.- No pienso en él. No en esos momentos.- le miro.- Le echo de menos pero estoy intentando dejar de hacerlo.- muevo las manos nerviosas.-¿Es que nunca te ha gustado tanto alguien hasta tal punto de que no puedes dejar de pensar en él? ¿O que necesitarías a otra persona igual que te hiciese sentir lo mismo para olvidarle?

-Sí.- susurra.- Sé que necesitaría a otra persona igual a ti que me hiciese sentir lo mismo para olvidarte.- le miro impresionada.- Pero también sé que no la hay.- me acaricia la mejilla.- En unas pocas semanas me he dado cuenta de que me gustas de verdad y de que yo no puedo seguir con esto así como así si no me demuestras que irá a más.- me sujeta la cara entre sus manos.- Sé lo que es no poder dejar de pensar en ti sabiendo que tú piensas en otro.- se levanta del césped lentamente.- Quizás el que no está preparado para llevar el tipo de relación que tú me dices.- le miro.- Soy yo.

Me levanto cogiéndole de la mano.

-No.- le susurro.- No.- le acaricio la mejilla.- No puedes dejarme tu ahora cuando no hemos ni siquiera empezado.

-Tienes pánico a que te vuelvan a dejar.- me dice serio.- El problema es que yo sería incapaz de dejarte.- me mira.- Búscame cuando de verdad no pienses en él.

Se gira pero vuelvo a cogerlo del brazo. Mira el agarre de nuestras manos y se queda quieto.

-Te tengo a ti.- le susurro.- Eso es en lo único que pienso.- le acaricio las mejillas y me pongo de puntillas para acercar mis labios a los suyos. Rozo mi lengua con su labio superior provocando que la abra y me de acceso a que nuestras lenguas inicien una de esas tantas batallas. Agacha un poco la cabeza para estar a mi altura mientras coloca sus manos en mi cintura y me acerca a él. Yo no dejo de acariciarle la nuca. Me separo unos milímetros y con la voz entrecortada le susurro:



-No te vayas tu también.

Al irte de mi vida, te llevas una parte de mi.

Y a veces te paras a pensar de manera inconsciente en él, y te rayas por todo lo que llegasteis a ser y por lo que nunca más seréis..y por mucho que te digan que el tiempo lo cura todo, no estás segura de ello. No es cuestión de tiempo, ni de buscar a otro clavo, ni siquiera de intentar reconstruir tu orgullo para hacerte la fuerte y hacer ver que nada te duele. Y sabes de sobra que lo echas en falta, porque sí, porque te ha dado los mejores momentos de tu vida..pero aun así intentas buscar a otra persona, pero ¿quién te dice que ese no será peor del que ya encontraste y te dejó? Y mientras esperas que aparezca otra persona que te rompa tus esquemas, te desvistes con cualquiera que encuentras para ver si existe alguna persona que te haga sentir igual que él, pero es tiempo perdido. Te das cuenta de que sigues siendo esa tonta enamorada y la vida sigue siendo la misma hija de puta de siempre que te quita lo que más has querido. 

Creo que el problema que tenemos aquellos que nos enamoramos es que nunca aprendemos que lo que se va, ya no vuelve..sigues enamorada teniendo esa mínima esperanza de que van a venir a buscarte después de haberse ido con otra. Y lo único que pasa es el invierno, otro puto y frío invierno en el que no tienes unos brazos que te abracen, un invierno en el que últimamente llueve más de la cuenta, pero por tus mejillas. Te sientes más sola que nunca y crees que nunca nadie entenderá por lo que has pasado si en la vida se han enamorado. Sigues con tu vida, sigues siendo esa chica que se tapa las manos con las mangas de la sudadera para que no se vean tus heridas, la que lleva ojeras día sí y día también al soñar cada noche con él. La chica con los labios secos por el invierno o quizá por la falta de sus besos, ya ni lo sabes. Mucha gente te dice que sigas con tu vida, que eso es lo mejor pero no es tan fácil deshacerte de los recuerdos, eres como una de esas páginas que si las arrugas, nunca volverán a ser las mismas, él pasó por mi vida y al irse no volví a ser la misma. Muchos se preguntan donde quedó la chica risueña, la chica que se le marcaban los hoyuelos con cada sonrisa, la chica que se mordía el labio para no reírse cada vez que estaba nerviosa, la que dejaba salir el aire al mundo con cada carcajada que soltaba. Hace tanto que el mundo no escucha el sonido verdadero de mi risa. Quizá es porque dediqué demasiadas sonrisas a personas que me hacían soltar lágrimas, y ya me he quedado sin. 

Y me he dado cuenta de que el tiempo pasa para todos menos para mi, que cada persona que se va de mi vida, sigue con la suya sin saber que al irse suelen llevarse una parte de mi pero nunca pensaba que alguien al irse, acabaría conmigo.
Me suena el teléfono y al ver quién es, sonrío como una tonta. 

-Hola.- digo con una sonrisa.
-Hola nena.- me dice él y me muerdo el labio nerviosa.- ¿Como estás?
-Bien.- le digo.- Comiendo palomitas.
-¿No preferirías comerme a mi?- le escucho reír.
-Idiota.- río.
-Un idiota que te encanta más que nadie.
-¿No te cansas de creerte tan importante?- le digo.
-No porqué sé que te importo.- ríe.
-Bueno en eso tienes razón.- admito.
-Ves.- le oigo reír.- Si es que yo nunca fallo.

-Lo que tu digas cariño.

-Eh.- me dice.- Me gusta que me llames así.

-Si te portas bien, te llamaré así.

-Yo siempre me porto bien.- dice riendo.- ¿Sabes que te echo de menos?

-Más te vale que lo hagas.- sonrío.- Tengo ganas de verte.

-Y yo a ti.- me responde.- Muchísimas ganas.

Nos quedamos en silencio durante unos segundos, pero no un silencio incómodo, es un silencio que ambos necesitamos para oírnos haciendo algo tanto sencillo como lo es respirar.

-¿Sabes que estoy haciendo?- le digo segundos después.

-¿Qué?- pregunta curioso.

-Iba a ver una película.

-¿Sin mi?- empiezo a reírme.- Ya te vale.

-Sin ti pero me encantaría que estuvieras aquí.- admito.

-Así podría abrazarte.- dice él.

-Besarte.- digo yo.

-Acariciarte.- me responde él.

-Y te diría muchas más cosas pero son cosas no aptas que no debe oír nadie y en pleno comedor puede oírme cualquiera.- le digo y empieza a reír.

-Me encantas.- me dice él.

-Tonto.- le digo riendo.

Volvemos a quedarnos en silencio y me doy cuenta de que en éste instante desearía tenerlo aquí.

-¿Puedo preguntarte algo?-me dice serio.

-Claro cariño.- le noto sonreír.

-¿Porqué no viniste a buscarme o ni me llamaste cuando te diste cuenta de que la cagaste al dejarme?

-Creía que no valía la pena hacerlo.- admito.

-¿No te importaba lo suficiente para hacerlo?- me pregunta.

-Todo lo contrario.- le digo.

-¿Entonces?- me pregunta de nuevo.

-Si no he querido saber nada de ti durante mucho tiempo ha sido porque con solo verte o escuchar tu voz, habría dado la vuelta al mundo para encontrarte, y es que yo sabía que habías encontrado a alguien.- contesto.- Me lo habían dicho, y me decían que tú parecías ser tan feliz sin mi..y de eso se trata, cuando quieres a alguien, quieres que sea feliz y pensaba que si iba en tu busca desaparecería esa sonrisa de la que años atrás me había enamorado y la que a día de hoy aun me hace quererte.

-La sonrisa no hubiese desaparecido.- admite.- La habrías hecho sincera, amor.- me dice.- La  dejaré por ti.- sonrío más que nunca intentando no llorar de felicidad.- Eres tú quién me hace feliz y con quién quiero estar.