Me suena el teléfono y al ver quién es, sonrío como una tonta.
-Hola.- digo con una sonrisa.
-Hola nena.- me dice él y me muerdo el labio nerviosa.- ¿Como estás?
-Bien.- le digo.- Comiendo palomitas.
-¿No preferirías comerme a mi?- le escucho reír.
-Idiota.- río.
-Un idiota que te encanta más que nadie.
-¿No te cansas de creerte tan importante?- le digo.
-No porqué sé que te importo.- ríe.
-Bueno en eso tienes razón.- admito.
-Ves.- le oigo reír.- Si es que yo nunca fallo.
-Lo que tu digas cariño.
-Eh.- me dice.- Me gusta que me llames así.
-Si te portas bien, te llamaré así.
-Yo siempre me porto bien.- dice riendo.- ¿Sabes que te echo de menos?
-Más te vale que lo hagas.- sonrío.- Tengo ganas de verte.
-Y yo a ti.- me responde.- Muchísimas ganas.
Nos quedamos en silencio durante unos segundos, pero no un silencio incómodo, es un silencio que ambos necesitamos para oírnos haciendo algo tanto sencillo como lo es respirar.
-¿Sabes que estoy haciendo?- le digo segundos después.
-¿Qué?- pregunta curioso.
-Iba a ver una película.
-¿Sin mi?- empiezo a reírme.- Ya te vale.
-Sin ti pero me encantaría que estuvieras aquí.- admito.
-Así podría abrazarte.- dice él.
-Besarte.- digo yo.
-Acariciarte.- me responde él.
-Y te diría muchas más cosas pero son cosas no aptas que no debe oír nadie y en pleno comedor puede oírme cualquiera.- le digo y empieza a reír.
-Me encantas.- me dice él.
-Tonto.- le digo riendo.
Volvemos a quedarnos en silencio y me doy cuenta de que en éste instante desearía tenerlo aquí.
-¿Puedo preguntarte algo?-me dice serio.
-Claro cariño.- le noto sonreír.
-¿Porqué no viniste a buscarme o ni me llamaste cuando te diste cuenta de que la cagaste al dejarme?
-Creía que no valía la pena hacerlo.- admito.
-¿No te importaba lo suficiente para hacerlo?- me pregunta.
-Todo lo contrario.- le digo.
-¿Entonces?- me pregunta de nuevo.
-Si no he querido saber nada de ti durante mucho tiempo ha sido porque con solo verte o escuchar tu voz, habría dado la vuelta al mundo para encontrarte, y es que yo sabía que habías encontrado a alguien.- contesto.- Me lo habían dicho, y me decían que tú parecías ser tan feliz sin mi..y de eso se trata, cuando quieres a alguien, quieres que sea feliz y pensaba que si iba en tu busca desaparecería esa sonrisa de la que años atrás me había enamorado y la que a día de hoy aun me hace quererte.
-La sonrisa no hubiese desaparecido.- admite.- La habrías hecho sincera, amor.- me dice.- La dejaré por ti.- sonrío más que nunca intentando no llorar de felicidad.- Eres tú quién me hace feliz y con quién quiero estar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario