martes, 30 de diciembre de 2014



Estoy cansada de las subidas y bajadas de temperatura,
y no estoy hablando del tiempo,
estoy hablando de ti y de lo bien que te sienta el azul,
estoy hablando de esa dulzura,
de esos ojos,
que sé que aunque refuerces con odio siguen siendo tan limpios
como los que conocí aquel día.
Pero es que te echo tanto de menos que duele,
duele que tu olor se quede en mi pecho cada vez 
que me abrazas,
que me aprietas fuerte,
que me das un beso, en la frente,
porque sabes que no quieres engancharte a cosas que te hagan daño,
y es una pena, porque yo solo quiero besarte los miedos,
hasta traerte la calma,
la paz.
Pero tú solo me traes infierno, y yo, no puedo,
para de pensar en lo a gusto que estoy ahí, porque
aunque duela,
estoy contigo.

Y eso, no lo cambio ni por el mismo cielo, porque eso,
por desgracia o fortuna,
también consigues dármelo tú.

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